Dentro de todo no le hacía ninguna gracia. Era cierto que Blut Zu Reinigen llamaba claramente su atención, pero tampoco era para tanto.
Ahora estaba obligada a verlo en horas extraescolares por el dúo que debían preparar para el Coro de Spettrale. Siendo este colegio un formador de músicos, se diría que participar en el coro no era gran cosa. Error. Solo lo mejor del colegio estaba allí y no era fácil entrar o mantenerse dentro, por lo que no pretendía desperdiciar esta oportunidad
Llegó al salón oval, abrió la puerta y no le sorprendió verlo ahí
- Llegas 2 minutos tarde – Dijo él sin voltear
- Asumo que como has llegado antes ya tienes trabajo avanzado ¿no?
Blut se giró y la miró directamente a los ojos. Probablemente esa mirada fría y penetrante, cargada de… ¿dureza? habría hecho huir a cualquiera, pero no a ella, quien le devolvió no solo la mirada sino que además tuvo la desfachatez de alzarle una ceja y mirarlo de pies a cabeza.
- ¿Te vas a quedar allí mirándome o hacemos lo que vinimos a hacer? – Contestó ella ignorando por completo al muchacho, mientras se acercaba al piano central.
Blut sin dejar de mirarla inexpresivamente tomó unas partituras de la mesa y se las entregó
- Son una selección de canciones escogidas por mi que creo vendrían bien al coro y a nosotros dos, considerando las tesituras de nuestras voces, aunque claro, no se si puedas con ellas…
Eleonor sonrió cortésmente, no tenía ganas de discutir.
Blut se sentó al piano y puso las partituras sobre el atril. Comenzó a tocar mientras sus dedos se deslizaban suavemente sobre las teclas. Eleonor tocaba piano desde pequeña, pero aún no lograba ese dominio. La voz del chico resonó en todo el salón, mientras ella leía su partitura sin decir nada. Una vez aprendida la melodía comenzaron a cantar juntos, una y otra vez, hasta que un sonido discorde y brutal sonó en el piano, poniendo fin a la interpretación.
- Lo estas haciendo mal. ¿Acaso no puedes leer un simple pentagrama? – Manifestó el chico
- Podría cantar mejor si tú no insistieras en apurar los tiempos de las notas – Dijo molesta
- ¿yo?...tu… - Pero no dijo nada más. Un extraño gruñido gutural salió de su garganta. Se levantó con elegancia y se dirigió a la puerta del salón. Se detuvo en seco y sin voltear dijo:
- Mañana a la misma hora y por favor… no seas mediocre y ensaya – Dicho esto se retiró del lugar.
Eleonor lo fulminó con la mirada. Estaba decidido… él definitivamente llamaba su atención. Su corazón latió con fuerza cuando lo vio salir del salón, mientras su cabeza tenía unas ganas irresistibles de cruciarlo.
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